Don Manuel Labastida Igueravide funda esta ganadería en 1982 con el nombre de Manuel Labastida, con 160 vacas y 5 sementales de Santo Domingo.
Al año siguiente agregó 2 sementales de Javier Garfias.
Lidia por primera vez como Manuel Labastida el 1º de mayo de 1971 en Torreón, Coah.
, seis toros para El León de Tetela, Joselito Huerta, Manolo Martínez y Ricardo Castro, tarde en que el regiomontano cortó una oreja a cada uno de su lote.
En el año de 1972 el 29 de octubre, lleva su primera novillada a la Monumental Plaza México para Artemio Becerril, Marcos Ortega y el hispano Rafael Poyato.
En 1982 agregó 3 sementales de Jesús Cabrera.
El 17 de Julio de 1983 lidia su primer corrida de toros en la Plaza de Toros México, en el cartel Mariano Ramos, Antonio Sánchez Cáceres y Ricardo Sánchez, quién cuajó una gran faena al extraordinario «Campasolo» cortándole una oreja.
En 1985 adicionó 17 vacas de Torrecilla y de 85 a 87 añadió 4 sementales de la misma procedencia.
Grandes triunfos obtuvo esta ganadería en plazas venezolanas como la del 31 de octubre de 1982 en que José Nelo Morenito de Maracay, indultó a «Guantero» y Eloy Cavazos le cortó las dos orejas al toro «Indiano».
Lamentablemente don Manuel fallece el 8 de octubre de 1986 heredándola a su actual propietario, quien agregó a partir de 1988 vacas y sementales de Garfias, lo que actualmente predomina en su dehesa.
En 1990 le cambia el nombre a Espíritu Santo y ese mismo año el 19 de octubre, manda su primera corrida a San Luis Potosí: seis toros para José Murillo, Aurelio Mora El Yeyo e Ismael Gómez Mayito, tarde en que se cortaron cuatro orejas y manda su primer novillada a la Plaza México el 27 de septiembre de 1990 para el rejoneador Felipe Vallina y a pie Raúl Bacelis, Ricardo El Negro Montaño y el ecuatoriano Juan de la Cruz.
Lidia su primer corrida de toros en la Monumental de Insurgentes el 14 de octubre de 1993 para Humberto Moro, Juan Querencia y Jorge Carmona.
Muchos son los toros que le han dado prestigio y nombre a esta casa, donde se vive el abolengo ganadero mexicano con intensidad, pues la herencia de esta familia ha contribuido a la fiesta en nuestro país, con el logro de un toro con gran clase que siempre va de menos a más, permitiendo faenas inolvidables que han quedado regadas en los ruedos mexicanos y del extranjero.