Tequisquiapan de Fernando de la Mora
Propietario:
Don Fernando de la Mora Ovando
Rancho:
Cerro Frío
Ubicación:
Tecozautla , Hidalgo
Divisa
Amarillo y blanco
Fundación:
1959
En 1959 su abolengo, tradición y vocación llevaron a don Fernando de la Mora Ovando a fundar su casa ganadera como Salitrillo, con 60 vacas y 2 sementales de Tequisquiapan, en el mismo sitio donde ahora se ubica.
Debutó en 1966 en la ciudad de Puebla: seis novillos para Antonio Lomelín, Ernesto San Román El Queretano y Leonardo Manzanos, a quien le correspondió “Poblano” No.
3 que mereció el indulto, Se presentó en la Plaza México el 15 de julio de 1984 con seis novillos para Alberto Ortega, Alberto Galindo El Geno y Roberto Miguel.
Lidió su primera corrida en esa plaza el 12 de mayo de 1985: seis toros para Mariano Ramos, Jorge Gutiérrez y José Nelo Morenito de Maracay.
Muchos triunfos ha cosechado don Fernando quien con dignidad ha sostenido en alto los conocimientos y el amor por el toro que aprendió de su señor padre, uno de los pilares fundamentales de la ganadería brava mexicana desde mediados del siglo XX, en honor de quien cambió el nombre de la dehesa a Fernando de la Mora en 1988.
El 16 de febrero de 1992, en un mano a mano entre Jorge Gutiérrez y José Ortega Cano en la México, al diestro cartagenero le correspondió en quinto lugar “Seda Gris”, que sería proclamado como el toro de la temporada, al cual le bordó una faena extraordinaria que culminó con un volapié perfecto y le cortó las dos orejas.
A partir de 1993 agregó 3 sementales de San Martín.
El 10 de marzo de 1996 en una corrida de ocho toros, el que cerró plaza de nombre “Media Luna”, berrendo alunarado, mereció el honor del indulto, luego de que lo toreó Alfredo Ríos El Conde.
Fue tan bravo que una vez perdonada su vida, quería seguir peleando y tardaron veinte minutos para regresarlo a los corrales.
El 23 de enero de 1997 en el Palacio del Arte de Morelia, a Francisco Dóddoli le correspondió otro dechado de bravura y clase que fue indultado.
Muchos son los toros de esta casa que han merecido tan alto honor, más otros que, sin llegar al indulto, han permitido el triunfo de los toreros.