Esta casa, uno de los pilares de la ganadería brava mexicana, la funda en 1853 don Rafael Barbabosa Arzate en Toluca, Estado de México, junto a la casa del la misma familia, Santín, con vacas y sementales criollos de San Diego de los Padres y de la Hacienda de El Salitre, respectivamente. Debutó en Toluca, en marzo de 1859, con cuatro toros para la cuadrilla de Pablo Mendoza. Lidió con mucha frecuencia en esa época. Don Rafael falleció el 21 de marzo de 1887 y dejó la ganadería en manos de su viuda y sus siete hijos, quienes formaron la sociedad Rafael Barbabosa, Sucesores, con don Juan de Dios Barbabosa Saldaña al frente. Ese mismo año se presentó en la Plaza Colón de la Ciudad de México, el 26 de septiembre, con seis toros para Juan León El Mestizo, José Sánchez Laborda y Antonio Mercadilla El Zenzontle. Es en 1897 cuando da un giro radical la ganadería, al transformarse la forma de calificar las tientas y adquirir un toro de la casa española de don Eduardo Ibarra, indultado en la Plaza de Bucareli. Junto con el nuevo siglo empezaron los triunfos de esta dehesa. En 1910 trajo tres sementales del Marqués del Saltillo, "Media Luna", "Bosquero" y "Zamarrero", así como seis vacas, lo que le dio a sus toros variedad de particularidades en las pintas. En 1911 trasladó el ganado a unos potreros de Atenco. Fue quizá Rodolfo Gaona quien más triunfos cosechó a principios del siglo XX con toros de ese hierro. En 1949 se disolvió la sociedad, al separarse los hermanos, y don Juan de Dios la conservó hasta su muerte, el 15 de septiembre de 1957. La ganadería quedó en manos de su hijo, don Agustín, que la vendió en 1960 a don Nicolás González Jáuregui, quien la trasladó ese mismo año a Ajuchitlancito, en Querétaro y, en 1962 adquirió dos sementales de Jesús Cabrera. Su actual propietario, don José J. Marrón Cajiga, la compró en marzo de 2001, la trasladó a San Miguel de Allende, reorganizó la vacada con 60 vacas y dos sementales de Marrón. Es un hombre con mucha afición, que con esfuerzo, entrega y dedicación, está trabajando con la meta clara de llevar a esta casa ganadera a revivir las glorias del pasado pues su cariño y respeto por la tradición los pone de manifiesto en este gran reto.